Imagínese un coche de carreras que se desplaza a gran velocidad y que de repente frena sin motivo. Este ejemplo ilustrativo nos ayuda a entender que la economía mundial estaba experimentando un fuerte crecimiento y debido a Covid-19 tuvo que parar inesperadamente.
Fueron varios meses de encierro en los que las fábricas no pudieron funcionar. Las mercancías no podían salir, los productos no llegaban, y las materias primas no se producían.
Mientras tanto, tras el inicio de la recuperación mundial hacia la normalidad, la cadena de suministro de insumos y materias primas está estancada. Esto ha obligado a varias empresas a cerrar fábricas y ha provocado problemas operativos en los puertos. Esta escasez castiga entonces el crecimiento mundial, según informa el FMI.
Las materias primas, en general, proceden principalmente de los países emergentes, donde la gestión de la pandemia es todavía difícil. Estos países se han enfrentado a múltiples repuntes de la demanda tras la recesión económica provocada por la crisis sanitaria.
La pandemia ha puesto de manifiesto la dependencia mundial de las fábricas del sudeste asiático. Con sectores como el textil de Vietnam, o el electrónico y el de carros de China estancados.
El reto para las empresas será hacer que sus cadenas de suministro sean más resistentes sin debilitar su competitividad. Para hacer frente a ese reto, los directivos deben entender primero sus vulnerabilidades y luego considerar varias medidas, algunas de las cuales deberían haberse tomado mucho antes de que se produjera la pandemia.
Las fábricas se han visto obligadas a interrumpir sus operaciones
Muchas fábricas de todo el mundo han tenido que cerrar debido a la falta de insumos para trabajar. En productos como los semiconductores, por ejemplo, estos cierres han tenido un efecto de bola de nieve en las plantas de montaje de automóviles. Se espera que el sector automovilístico mundial pierda 210.000 millones de dólares (180.800 millones de euros) en 2021, según algunos expertos.
A los inversores también les preocupan los ciberataques, las catástrofes naturales o los cortes de electricidad en China por la falta de carbón y la crisis energética en general. Los productos modernos suelen incorporar componentes críticos o materiales sofisticados que requieren conocimientos técnicos especializados para su fabricación.
Es muy difícil que una sola empresa posea la amplitud de capacidades necesaria para producir todo por sí sola. Pensemos en el creciente contenido electrónico de los vehículos modernos. Los fabricantes de automóviles no están equipados para crear las pantallas táctiles de los sistemas de entretenimiento y navegación o los innumerables microprocesadores que controlan el motor.
Los fabricantes de la mayoría de las industrias han recurrido a proveedores y subcontratistas que se centran exclusivamente en un área, y esos especialistas, a su vez, suelen tener que depender de muchos otros. Por esol el suministro de repuestos o partes importantes de muchos productos en el mundo no han podido ser fabricados.
Los puertos sufren el impacto de la pandemia en la cadena de suministro
El puerto chino de Ningbo-Zhoushan, a 250 km de Shanghai, tercero del mundo en cuanto a envíos, cerró durante dos semanas en agosto debido a un brote de Covid-19. Como consecuencia, los contenedores que debían estar en Egipto en ese momento quedaron bloqueados en China. La misma situación se produjo en mayo con el cierre del puerto chino de Yantian.
Si añadimos los tifones cada vez más violentos, los controles aduaneros adicionales del Reino Unido con el Brexi,t y las nuevas medidas sanitarias para las tripulaciones y las mercancías, los regalos de Navidad este 2021 parecen cada vez más lejanos.
Además de esto, los contenedores que no pueden salir por falta de carga se acumulan en los puertos de importación, y como resultado, hay escasez de puertos libres para exportación en China.
Asimismo, el puerto de Los Ángeles (en Estados Unidos), donde llega el 40% de los contenedores con destino a Estados Unidos, está obligado a operar las 24 horas del día para reducir los retrasos.
En Europa, varios buques de contenedores gigantes con artículos navideños no han podido descargar en el puerto británico de Felixstowe y han sido desviados a Rotterdam o Ámsterdam, dada la falta de conductores de camiones para transportar mercancías actualmente.
Si esta situación continúa, prepárese para recibir su regalo de Navidad en el primer trimestre del 2022, y prepárese para ver un colapso en los mercados financieros a nivel mundial.
Si las empresas no pueden entregar a tiempo sus productos, sus acciones caerán sin duda, y si crece el pánico, las grandes ganancias que hemos visto hasta ahora en los mercados bursátiles desaparecerán.
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